lunes, 8 de enero de 2018

Tabarnia llego para quedarse


Ahora Trias de Bes habla sobre Tabarnia:

“Si una parte de Catalunya (sic) desea separarse de España no puede negarse el derecho a que los territorios catalanes que no desean escindirse de España puedan, muy a su pesar, separarse de Catalunya.

Si el contraargumento es que ha de decidir toda la nación catalana en su conjunto y no una parte, como España también es una nación, entonces debería también poder decidir el resto de España sobre la independencia de Catalunya.

Si el contraargumento es que no puede fragmentarse una unidad territorial, en este caso Catalunya, entonces hay el mismo derecho a pedir que no se fragmente la unidad territorial de España.

Si el contraargumento es que Tabarnia o Barcelona no son nación, entonces entramos en el derecho a decidir de qué nación se sienten los catalanes que no quieren separarse de España.

Y esta lógica aplastante demuestra varias cosas. La primera, que esto no va de democracia o derecho a decidir, sino de nacionalismo y segregacionismo.

La segunda, que los desequilibrios fiscales y solidaridad territoriales se dan en todos los espacios políticos, incluida la UE. Cuando la solidaridad territorial dentro de Catalunya no es un problema y sí lo es con el resto de España, lo que en realidad hay es un sentimiento excluyente: la nacionalidad de con quién quiero ser solidario.

La tercera, que el derecho a decidir como tal no significa nada y en realidad solo conduciría a la hiper fragmentación territorial, en este caso de un espacio político que, con todos sus defectos, es uno de los más prósperos del mundo.“

Pues sí, Tabarnia es un espejo que sirve para que los nacionalistas se vean reflejados en su insensatez y egoísmo.

Pero Tabarnia no es sólo un espejo: es ya la esperanza de millones de catalanes de seny que se niegan a que la Cataluña cebolluda -Tractorluña- se lleve sus recursos, sus votos valgan el doble y encima asfixien y hundan a Barcelona con su fanatismo. Es la misma lógica nacionalista, pero inversa. Mola.

Nacionalistes, això va de debó.