lunes, 21 de septiembre de 2015

LA PALABRA QUE TODOS PIENSAN Y NADIE DICE ES "SOBRÁIS"

Manoel Carrete es el presidente del Centro Galego de Barcelona. Nacido en Hospitalet de Llobregat «en los años ochenta», sus orígenes se remontan a Quiroga y a Oencia (El Bierzo). Tras haber estudiado Derecho e Historia, es abogado de profesión. Su tesis doctoral versa sobre la diáspora gallega. Como ciudadano que se siente gallego y catalán, Carrete explica a La Voz de Galicia su opinión sobre el intenso momento político que vive Cataluña.
-¿Cómo vive un gallego el intenso panorama político de Cataluña?
-Primeramente, yo nací en Cataluña, con lo cual me considero catalán de toda la vida. Soy hijo de gallego y de una bierzana, de Oencia, limítrofe con Lugo y Ourense. Me considero gallego al cien por cien, al igual que catalán al cien por cien.
-Por lo tanto...
-Por lo tanto lo que me preocupa son los problemas reales de la ciudadanía: sanidad, pago de las farmacias, educación. En los últimos años se recortó en todo esto muchísimo.
-Cataluña siempre ha sido muy reivindicativa socialmente.
-Esto de ahora no es una reivindicación social. La reivindicación social sería que la gente saliera a la calle para pedir un centro de salud -que cada vez funcionan peor- por cada mil habitantes. Pero aquí solo se habla de independentismo y, si no hablas de independentismo, no eres independentista, con lo cual eres unionista. En poco menos de un año se acabó con una palabra histórica que era el catalanismo. Pujol decía: «Todo el que vive y trabaja en Cataluña es catalán». Ahora eres independentista o unionista; o de los míos o de nadie. Y si no eres de los míos, no eres demócrata.
-¿Se le está obligando a la gente a elegir?
-Sí. Es una obligación que te imponen cada día: o eres unionista o eres independentista. La palabra que nadie dice, pero que todo el mundo piensa es «sobráis».
-¿Cómo se llega a una situación en que centenares de miles de personas salen a la calle para pedir la independencia?
-Para no hablar de servicios sociales, algo que de verdad interesa a la ciudadanía -sanidad, educación, becas comedor-, los políticos hablan de «lo divino». La lista de Artur Mas no tiene un programa en el que se diga qué harán si gana. Yo quiero saber si habrá un banco central catalán, qué se hará con sanidad, si nos echarán de Europa, si se pagarán las pensiones al día siguiente. O sí, o no. No me gusta eso de «vamos a tirarnos a la piscina, pero no sabemos si hay flotador».
-Si el Gobierno de Rajoy hiciera amago de dialogar, ¿la situación podría ser reconducible?
-No lo sé. Pero sí creo que deberíamos reflexionar sobre cuántos fondos de la Unión Europea se destinaron a España, a Cataluña y a Grecia. Aquí vinieron el 60 % de los fondos de la UE. Barcelona tiene más infraestructuras que cualquier capital europea por el número de población.
-¿Encontraría legítimo que Junts pel Sí declarase la independencia con una mayoría de escaños pero sin una mayoría de votos?
-No. Y además no es tan fácil. Pero para muchos este es el gran disgusto: que no hay una mayoría independentista por culpa del área metropolitana de Barcelona.
-Romeva, de Junts pel Sí, dijo que si se quería que una persona equivaliese a un voto, deberían dejarles organizar el referendo.
-¿Ese señor que defendía la economía social y que ahora se alía con un partido que defiende la economía de mercado?
-¿Cómo se sentiría en una Cataluña independiente?
-No me sentiría, directamente; no puedo pensarlo. Si viera como realidad palpable que Cataluña estaría dentro de la Unión Europea, que seríamos un país como Francia dentro de la UE, entonces sería otra cosa?
-¿Entonces no lo ve factible?
-No. No creo que vaya a ocurrir y, si ocurriera, muchos acabarían por arrepentirse. A mí me gustaría ver cómo el día después de la declaración de independencia se les paga a los funcionarios. No quiero que nos pase como con Tsipras, que no cumplió sus promesas y dejó a la ciudadanía con un trauma. Así hizo también Mas, que no cumplió con nada de lo que prometió. Quiero que se marche y quiero vivir en paz.
-¿No vive en paz?
-No, la televisión pública que pagamos todos solo habla de un tema: el independentismo. Me aburre soberanamente.

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